viernes, 12 de enero de 2024

Una búsqueda con propósito

Ahora bien, esto es lo que el Señor dice a la familia de Israel: “¡Vuelvan a buscarme y vivan!”. Amos 5:4 (NTV)

Es probable que nos larguemos en una búsqueda desenfrenada de cosas que no necesitemos. También puede darse el caso que estemos buscando aquello que ya tenemos a nuestro lado o con nosotros. O puede ser que estemos buscando conseguir algo solo para decir, “ya lo tengo”.

Pero en este pasaje no se están buscando cosas opcionales, superfluas, sino esenciales. Dios, a través del profeta Amós, dice a su pueblo: “Búsquenme…” Pero esta búsqueda implica por lo menos dos cosas. Primero, el reconocimiento de la pérdida de algo; y en segundo lugar, la puesta en marcha de una acción, de una actitud personal. Así que tenemos que reconocer algo que es prácticamente lógico desde la mirada de Dios; que lo que estamos buscando, es para nosotros y se supone que estamos “vivos” (obvio) al momento de la búsqueda. Pero en el caso del pasaje que nos ocupa; Dios reclama algo diferente a su pueblo a través del profeta Amós.

¡Búsquenme y vivirán!

Esto quiere decir que Dios está afirmando, reconociendo, que está haciendo un pedido a un pueblo que está “muerto espiritualmente”, y que para volver a la vida necesita buscarlo y encontrarse nuevamente con Él. Por lo tanto, en esta relectura del profeta nos encontraremos con una dimensión diferente del acto/acción de buscar. Aún desde el estado de “muerte espiritual”, de separación, podemos volver a encontrarnos con un Dios vivificante, creador, alentador, prometedor.

Pero primero, veamos en unas pocas líneas el contexto histórico del profeta. Quizás, es uno de los más oscuros que podamos imaginar. Tal vez, la carta de Santiago sea el paralelo más equivalente del Nuevo Testamento. Como para hacernos una idea rápida del libro, digamos que:

  • Predicó en Judá (Reino del Sur), durante el reinado de Uzías (ver Isaías) y luego se traslada a Israel (Reino del Norte) con el Rey Jeroboam.
  • Es probable que Amós haya colaborado con el profeta Oseas en el Reino del Norte.
  • Durante el reinado de Jeroboam II se produce un tremendo crecimiento de la riqueza a nivel nacional… pero NO en todos los niveles sociales en forma igualitaria.
  • Hay un contraste muy grande entre la abundancia de las clases gobernantes ricas y el resto del pueblo.

En este contexto socio-político-espiritual, el profeta Amós emerge con un claro y potente mensaje de Dios, denunciando:

  • Un sistema judicial corrupto (5:12)
  • A la clase rica por oprimir al pobre (2:6)
  • A los que especulaban con el precio y el peso del trigo (8:4-6)
  • A la clase religiosa (aunque había gran actividad, no había resultados. 5:18-24)

Por esto, entendemos que el mensaje de Amós y de Oseas (profetas menores), es tan actual y pertinente como en aquel tiempo. A los fines de nuestra reflexión, les propongo prestar especial atención a la propuesta de parte de Dios frente a la situación en la que se encontraba Su Pueblo.

Según mi opinión…, la realidad sigue siendo la misma. Pero, habiendo ya transcurrido más de 2700 años de historia, parece haber empeorado. Pasaron los reyes, cayeron imperios, se levantaron nuevos sistemas, pueblos lucharon por su libertad e independencia, etc. Así, el evangelio llegó en la persona de Jesús, NO con otra propuesta sino con la misma de siempre: “Volver a Dios”. Así lo expresa Jesús en el Evangelio de Marcos:

“¡Por fin ha llegado el tiempo prometido por Dios! —anunciaba—. ¡El reino de Dios está cerca! ¡Arrepiéntanse de sus pecados y crean la Buena Noticia!”

Muchos aceptaron la propuesta, pero otros muchos no. El evangelio comenzó a expandirse, nacieron las congregaciones y se formaron iglesias. Con el correr del tiempo, los años y los siglos, algunos virus y bacterias espirituales fueron ingresando y contaminando el mensaje. ¡Pura historia que se repite! Finalmente, la iglesia (en tanto organización humana) sucumbe ante la seducción del poder político-religioso y termina formando un mix raro, extraño, poco eficiente. Fue mezclándose y escondiéndose detrás de reclamos que le hicieron creer y convencerse que esto es lo que hay que hacer.

Y así, de esta manera, el mensaje salvador para el hombre, la sociedad, los pueblos, las naciones, el mundo… fue quedando “aprisionado y encuadernado” entre dos tapas de un libro que ya no se interpreta, sino que se "siente"; ya no se lee en su totalidad, sino en forma "parcial"; ya no es objeto de meditación, sino a través de "otros libros". Tal como el Talmud, la Midrash, la Mishná que ayudaban a “interpretar” la Ley.

Tenemos claro que la realidad no ha cambiado, tal vez ha empeorado. De todas maneras, el mensaje No ha cambiado, sigue siendo el mismo. La misión de la iglesia tampoco cambió, sigue siendo la misma. Entonces vemos en Amós, que la propuesta o invitación de Dios frente a esta realidad socio-espiritual, no es la de la protesta ni el reclamo, sino la búsqueda sincera de Dios como único factor vivificante para la humanidad. No se trata de un gobierno, de un partido político, o de un nuevo sistema de leyes; se trata de la Cruz, de Cristo, del Padre, del Espíritu Santo. No podemos seguir enredados en pensamientos que nos hagan creer otra cosa. Para los que ya conocemos y sabemos, es tiempo de volver al seno de Dios. A los que no lo conocen todavía…, es tiempo que les hablemos de ÉL.

Permítanme rescatar y compartir algunos pilares determinantes a partir de la lectura de este pasaje (o de todo el libro).

  • “No adoren en los altares paganos en Betel; no vayan a los altares en Gilgal ni en Beerseba. Pues el pueblo de Gilgal será arrastrado al destierro y el pueblo de Betel será reducido a nada.” (v.5)

La REALIDAD que vivía el pueblo en aquel momento tenía que ver con un abandono de la intimidad con Dios para pasar a lo puramente religioso, pragmático y cumplidor de la relación. Cumplir con la actividad no significa cambio espiritual. Betel, Gilgal y Beerseba eran los centros de culto a los que la gente acudía; pero Dios moraba solamente en el corazón de unos pocos. El llamado de Dios a través de Amós es, YA NO BUSQUEN MÁS EN ESOS LUGARES. La misma urgencia la vemos en Jeremías 29:12-14. “(...) cuando oren, los escucharé. Si me buscan de todo corazón, podrán encontrarme. Sí, me encontrarán—dice el Señor—. Pondré fin a su cautiverio y restableceré su bienestar. Los reuniré de las naciones adonde los envié y los llevaré a casa, de regreso a su propia tierra”.

  • “Es el Señor quien creó las estrellas, las Pléyades y el Orión. Él transforma la oscuridad en luz y el día en noche. Él levanta agua de los océanos y la vierte como lluvia sobre la tierra. ¡El Señor es su nombre!” (v.8)

Buscar a Dios como CREADOR es realmente transformador. En un mundo que vive y se desarrolla constantemente frente a nuevas propuestas, nuevos creadores, nuevas filosofías, nuevos dioses, nuevos acomodos, nuevos mundos…, la realidad de volver al seno de un Dios creador de todas las cosas es realmente una necesidad “urgente”. No es una teoría más, no es una explosión cósmica librada al azar, o una nueva teoría conspiranoica… El dedo de Dios se levantó, Su voz fue oída y todo fue creado por Su poder. No estamos en presencia de un inventor de turno, sino del Creador de todo.

  • “¡Vuelvan a buscarme y vivan!” (v.4b)

Con total claridad estamos frente a la invitación a buscar a un Dios vivificador. En Amós, no vemos un llamado a aceptar o buscar una nueva propuesta de servicio o de nuevos planes más baratos. La propuesta de Dios es cara, muy cara, porque nos cuesta la vida. Es que para vivir en la intimidad con un Dios que da VIDA NUEVA, hay que morir a uno mismo para comenzar a disfrutar la vida de Dios… “Buscadme y viviréis”. No se trata de un elixir para la eterna juventud espiritual; tampoco se trata de un tratamiento revitalizante o de una pócima contra el acné espiritual. Es todo lo contrario a lo que podamos imaginar.

En aquel tiempo, Dios llamó nuevamente a Su pueblo a buscarle, a vivir muy cerca suyo. Lo llamó a dejar, a abandonar lo que no edifica, a deshacerse de toda práctica sistemática de adoración para volver a instalarse en una “relación matrimonial” con ÉL. El profeta Oseas (6:1-3, 6) lo expresa de esta manera: "Vengan, volvámonos al Señor. Él nos despedazó, pero ahora nos sanará. Nos hirió, pero ahora vendará nuestras heridas. Dentro de poco tiempo él nos restaurará, para que podamos vivir en su presencia. ¡Oh, si conociéramos al SeñorEsforcémonos por conocerlo. Él nos responderá, tan cierto como viene el amanecer o llegan las lluvias a comienzos de la primavera (…) Lo que pido de ustedes es misericordia y no sacrificios, conocimiento de Dios en lugar de holocaustos."

Por el año 1987, Pablo Bedrossian escribió una canción (entre tantas) que marcó la vida de muchos jóvenes que estábamos en la búsqueda de algo diferente, transgresor, tal vez más espiritual. Pero…, finalmente no se trataba de nada de eso. No había nada diferente a lo esencial del evangelio. Se trataba de algo simple y desafiante, se trataba de “Vivir como Cristo vivió”.

¿Será posible nuevamente hoy?


No encuentro nada mejor para cerrar esta reflexión, sino hacer honor a la inspiración del autor, transcribiendo la letra de aquella canción. 

Tengamos la mirada compasiva,
las palabras de esperanza,
la entrega de Jesús,
y extendamos nuestras manos al caído,
dando abrigo al que tiene frío
y al que está en tinieblas, luz.

Vivir como Cristo vivió,
seguir lo que Él enseñó,
amar como nos amó,
servir como Él sirvió,
como se entregó por nosotros...
Vivamos como Cristo vivió.

Cambiemos, la hora lo demanda.
No es cuestión de palabras,
sino de amor, acción y fe;
Y mostremos que es posible el hombre nuevo
viviendo nosotros primero
una vida de poder.

“Vivir como Cristo vivió”

Letra y música: Pablo Bedrossian - Año 1987


Que Dios te bendiga en tu jornada de "búsqueda"

Ptor. Roberto Góngora

10 comentarios:

  1. Muy lindo Pastor! Gracias por compartir. Leandro Ianni

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    1. Leandroooo... el Nº1 jajaja. Gracias por tomarte el tiempo para leer... Dios te bendiga!

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  2. Excelente! Cómo siempre, siendo de gran bendición con cada palabra, con cada punto de este pensamiento. Abrazo enorme.

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  3. Preciosa palabra. Siga escribiendo pastor. Es de mucha bendición. Abrazo

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  4. Un mensaje desafiante, retador y edificante por donde se lo mire, sin desperdicios!!! Gracias pastor Roberto por por bendecirnos con esta reflexión!!!

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  5. Excelente!! Que gran desafío. Gracias pastor

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  6. Muchas gracias Robert! Dios te siga usando para bendecir! Y que realmente podamos vivir como Cristo vivió!

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  7. Un mensaje de gran bendición!! Gracias por compartir la palabra que Dios sembró en tu corazón

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